domingo, 7 de marzo de 2010

Tristeza

Hoy estamos, mañana no lo sabemos... estoy muy aflijida por la muerte de gente conocida, otros mas allegados, da dolor cuando muere una persona joven, porque no solo muere su cuerpo sino sus sueños, sus metas, y todo por lo que lucho.
Hoy me entere del fallecimiento de 2 colegas, que fueron en vida compañeros de clases, personas que recibieron la misma educacion que yo, en las mismas aulas, con los mismos profesores. Personas que tenian familiares y amigos que se preocupaban por ellos, y ambos murieron asesinados aunque en circunstancias diferentes, y aun sus asesinatos siguen impunes.
Me gustaria vivir en un mundo donde no me de miedo salir a la calle, donde este segura, donde no me tenga que enterar de malas noticias. Quisiera poder decir que he luchado para que mis hijos tengan un mejor mundo, pero no puedo. La miseria, el hambre, el recor es lo que hace al humano una bestia..
Espero que cada quien pague por sus acciones, y que mis compañeros descansen en paz, y sus familiares y amigos encontremos la resignacion.

Lo admito si le tengo miedo a la muerte, pero no por lo que haya despues, sino por la manera de morir. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otras personas.. nadie!!

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los hombres son como los bumerang

La teoría d q los hombres son como los bumerán (siempre regresan) no podría ser mas cierta. Al parecer cuando un hombre sabe que su antigua pareja es feliz les entra un síndrome al que yo denomino como síndrome del ego, el cual consiste en querer recuperar lo que antes fue suyo no por verdaderos sentimientos sino para demostrarse a sí mismo y a los demás que todavía puede tenerlo y más aun que puede reconquistarlo. Es tipico, cuando una mujer tiene una pareja estable y el ex se entera entonces comienza la casería. Primero el hombre demuestra falsa felicidad por la relación de la mujer, por supuesto que eso lo hacen para que la mujer piense que ella es etapa superada, luego el comienza a recordar viejos y sobretodo buenos tiempos, con el fin de sembrar nostalgia en la mujer, posteriormente una vez que tiene el terreno preparado en un ambiente amistoso y cortes lanza el primer batacazo, la confesión. Esta consiste en darle a entender a la mujer muy sutilmente que todavía siente algo por ella, es en ese momento en el que se crea la confusión y la mujer comienza a dudar de su relación actual. El hombre generalmente es rechazado en esta oportunidad, pero luego lanza su segundo ataque, el cual consiste en halagar y hacer sentir como una diosa a la mujer, y lo más importante de esta jugada es que dice todo lo que no dijo durante su relación, es ahí donde hipócritamente expresa sentimientos y pensamientos reprimidos. La mujer en esta etapa oye del hombre lo que siempre quiso oír, ahora empieza a pensar más en el hombre, y muy disimuladamente se comienza a interesar en el otra vez. Esta es la etapa donde la mujer sufre el síndrome del ego, pues ahora se siente deseada nuevamente por aquel hombre del pasado.
Por último el hombre da su estocada, es ahí cuando propone otra oportunidad, la mujer lo piensa, pero al final termina jugando el todo por el todo, termina su relación estable y se encamina en una nueva etapa de su antigua relación. Los primeros días son excelentes pues el hombre quiere demostrar que esta vez no fallara, pero luego salen a relucir las causas por las cuales la relación no funciono anteriormente, y es ahí donde todo termina nuevamente. Lamentablemente el hombre y la mujer se dejan llevar por falsos sentimientos que no son más que autoestima, el ser humano no acepta fallar, en su infinito egoísmo no puede tolerar que otra persona pueda ser feliz sin él, esto se ve más en los hombres que en las mujeres. Sin embargo todos somos seres humanos y actuamos casi siempre de la misma manera.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Soledad

¿Para que mentir?, no ha pasado un solo día desde que te conocí que no imagine que estamos juntos, todas las noches antes de dormir me invento un parlamento que supuestamente me dirías, uno en el que reconoces que soy el amor de tu vida y que fuiste un idiota al separarte de mi. Luego me duermo con una sonrisa que no me cabe en la cara y a la mañana siguiente despierto buscándote en mi cama y como siempre no estás.

Hay tantas cosas que me hubiese gustado compartir contigo, mis logros, mis tristezas, decirte las idioteces que escucho por la tele, o simplemente decirte “hola” cuando llego cansada de un largo día y sentirme relajada al abrazarte.

Es triste cuando salgo con amigos y yo soy la única soltera, o cuando camino por la calle y veo parejas tomadas de la mano por la plaza, es en esos momentos en donde miro a mi lado y la veo a ella, sus ojos me muestran toda mi vida, me recuerdan los buenos y malos momentos donde tu no estuviste, y cuando habla me habla de mi, de mis emociones, de mi rencor. Es ahí en esos momentos cuando la miro que me siento sola, por que ella tiene ese don de recordarme todo cuanto soy y lo que no, es en esos momentos cuando la puedo ver, en esos momentos en los que tu no estas.

Aun puedo recordar como si hubiese sido ayer la sensación de tus manos en mi piel, la profundidad de tu mirada, y el rico sabor de tus labios, era como si pudiera detener el tiempo y me enfocara sólo en ese momento, también puedo recordar como te fuiste un día, sin explicaciones, sin mirar atrás, pareciera que no te importó, que lo superaste rápido, pero yo, yo no supero nada rápido, a mi me duele aún, me duele llegar a casa y no ver tu abrigo colgado, no ver tus llaves sobre la mesa, y tu partido de futbol en la televisión, créelo o no soy tan patética que uso el perfume que olvidaste sólo para sentir tu olor en mi piel, ese olor que huele a las mañanas en los que yo estaba en la ducha y tu te vestías para ir a trabajar, ese olor que se desvanecía y se mezclaba con cigarrillo cada noche cuando te abrazaba al llegar.

Yo creo que para los hombres es más fácil dejar atrás una relación, muy pocos son los que de verdad quedan marcados, la mayoría de los hombres se toman unos tragos, ahogan sus penas, y al dia siguiente se preparan para su próxima conquista, siempre están pensado en superar su record personal de mujeres que han estado en su cama. Las mujeres en cambio siempre pensamos en ¿qué hicimos mal?, ¿por qué se fue?, y regularmente estas interrogantes nunca son respondidas, más que todo por eso que uno llama “el autoestima”, una mujer se tiene que esforzar mucho para pensar mal de si misma, me refiero a aceptar un error propio.

Ahora que ha pasado un tiempo desde ese día que te fuiste, como debes saber no lo he podido superar, pero si he podido pensar con mucho esfuerzo en que fue lo que hice mal, lo que te hizo salir corriendo de nuestra casa, y creo que ahora lo sé, debe haber sido por la presión de nuestra relación, ese vinculo amistoso que nos unía de toda una vida, por eso que dicen que de amigos a novios es muy sencillo pero de novios a amigos, no lo es. Seguro las cosas no eran como antes y yo se que fue así, y tu más que nadie sabias que no podíamos ser buenos amigos de nuevo así que preferiste marcharte sin decir nada, dejándolo todo a mis especulaciones acerca de una supuesta mujer y una huida a otro país. Me decepcioné mucho de mi propia imaginación cuando te vi a la semana siguiente en el mismo sitio a donde ibas cada jueves para hablar con tus amigos.

Otro factor que influyó de seguro fue mi inseguridad, yo siempre creí que todas las mujeres del mundo te parecían más bonitas que yo, creí que no era lo suficientemente buena para ti, y necesitaba que me dijeras a cada momento lo mucho que me amabas, como una manera de convencerme a mi misma que era algo seguro, pero nunca me convenciste, y no por que no lo trataste de hacer, sino por que nunca he creído en mi, siempre me he descalificado en todo lo que hago y asumo que siempre hay alguien que me supera. Me imagino que te habrás cansado de decirme que me amabas cada vez que me colgabas el teléfono o después de las buenas noches.

Y la última causa que a mi parecer te hizo huir de mi fue mi dependencia absoluta a ti, deje de pensar como individuo y todo se basaba en complacerte, pues ya no era capaz de comprar un sabor de helado que me gustara porque no sabía si te gustaría, y eso pasaba también con mi ropa, mi perfume, con la decoración de la casa, con mi color de cabello, con las películas, y quien sabe con que más. Supongo y creo que no hay duda de eso que te cansaste de tomar mis decisiones, no te culpo por eso, ese es el trabajo de un padre no de una pareja.

Así que tuve la madurez suficiente para ver dentro de mi misma a través de los ojos de ella, y esto fue lo que encontré: error tras error. Y saber que todo fue por mi culpa me hace sentir peor. Es de humanos echarle la culpa al otro para no sentirse tan mal. Pero ella fue tan cruel, tan realista, que no me puedo escapar. ¿Sabes que es lo peor de la soledad?, para mi es andar por el mundo creyendo que somos los únicos que la sentimos, y eso es una gran mentira, porque ella esta ahí esperando a tu lado todo el tiempo, así como en este momento esta sentada junto a mí.

Dolor

Resulta algo tan irónico para mí como es que han pasado tantos años y yo siga creyendo que fue ayer, vacíos es la palabra que describe a mis días desde que él no está. ¿Cuánto tiempo tarda en cerrar una herida? Muchos dirán que depende del tamaño y de la profundidad, pero ¿Cómo se puede saber cuanto tiempo tarda en cerrar una herida en el alma?, he comprobado que siete años no bastan, más bien cada día duele más y contamina, hasta llega al cuerpo, como una gangrena que va comiendo poco a poco.
Las heridas de amor, como duelen las condenadas, mi consuelo es que tarde o temprano a todos nos harán una, es tan seguro como la muerte, o talvez sólo es parte del crecimiento humano.
Ahí esta él viviendo el mismo infierno que yo pero con otro escenario, jugando a ser feliz, actuando una vida, hoy la lástima es mas fuerte que el amor.
Y aquí estoy yo, irónicamente haciendo lo mismo que él, autocompadeciendome, usando una máscara ante las personas, siguiendo adelante pero con un ancla arraigada al pasado. No me es posible hablar de sueños hechos realidad, porque en todos mis sueños está el, y creo que el no es más que una mentira, un producto de mi imaginación, una mala jugada del subconsciente. Me he convencido a mi misma que no me ha vuelto a buscar porque nos dolería más estar juntos, pero que en el fondo me ama, si claro.
¿Él es real o no? Sus besos fueron ilusiones, sus miradas la prueba fehaciente de que existe el paraíso, pero no estoy segura de que sea real, no entiendo porqué pero no encuentro evidencia de que el haya existido, y tengo miedo de estar sufriendo tan solo por un mal sueño.
Si alguna vez se logra cerrar esta herida creo que lo sabré, mientras tanto sigo su juego, ese néctar delicioso de angustia y placer que bebo de su indiferencia, veneno potente que no me permite sanar, pero que no puedo dejar.

Aun seguimos los dos jugando a ser libres de nosotros mismos, si claro.

martes, 1 de septiembre de 2009

Vivir

Para mi era un completo desconocido, para otras personas era parte de la familia, lo veía como alguien grande, alto, blanco, con unos ojos claros y una boca de un tono rojizo delicadamente pintada por los mismos ángeles…su apariencia no era tan perfecta como lo sería su trato, encantador sería la palabra adecuada, la inteligencia era indudablemente una de sus más grandes virtudes, y su manera diferente de ser… nunca había conocido a alguien así, sencillamente me deslumbró, aunque había alguien que ya había notado eso antes que yo…pues allí estaba ella, mucho más linda que cualquier mujer que jamás haya visto, luciendo su exuberante cuerpo, y a él se le notaba que estaba hipnotizado con el movimiento de sus caderas al caminar y las caricias que hacia el viento en su cabello, en ese momento yo no sentía nada, pues como ya lo dije era un desconocido para mi, esa tarde conversamos de todo un poco se le notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo porque yo entendiera lo que me decía, la diferencia de edad entre nosotros era bastante notoria, ella estaba ahí también escuchándolo hablar, ella era más o menos de su edad, hacían la pareja perfecta aunque no lo eran, aún recuerdo lo agradable que fue esa tarde para mi, hablamos de todo un poco, de temas que a mi me encantaban. Esa noche cuando regresé a mi casa me quedé con las ganas de volverlo a ver, poco tiempo paso cuando mis ganas cesaron, nuevamente estaba ahí, ese día soleado de verano la pasamos genial, me divertí como nunca, de nuevo hablamos de todo y nos reímos a carcajadas, no podía creer que alguien se llevara tan bien conmigo siendo tan diferentes.
La tercera vez que lo vi ella estaba ahí, pero todo había cambiado, ya no hablaba más conmigo, sino con ella, me ignoró por completo, me sentía triste, sola, como una niña al que los adultos hacen a un lado para hablar entre ellos porque hay temas que los niños no pueden escuchar, regresé llorando a casa sintiéndome traicionada.
Cuando lo volví a ver no le dirigí la palabra, era su graduación, ella no estaba allí, ahora el me estaba tratando de sacar conversación mientras estábamos reunidos un grupo en el jardín a mitad de una noche estrellada y helada
-¿estás brava conmigo?
-Si
-¿Qué te hice?
-No me tomaste en cuenta la ultima vez que nos vimos… me apartaste por estar hablando con ella….-le dije en tono cortante.-
-Claro que no lo hice…tu te fuiste de donde estábamos nosotros.
-Si me fui porque estaban hablando ustedes dos y yo no cabía en esa conversación,-ahora mi tono era irónico
-De verdad disculpa si te sentiste mal…no fue mi intención…¿me perdonas?
-No se
-perdóname ¿si?
-No
-Es mi graduación, ¿no me vas a complacer sólo por eso?
-Bueno esta bien pero más nunca me lo vuelvas hacer,
-Esta bien tranquila…

Al cabo de un rato llegaron sus compañeros, me invito a sentarme a la mesa con él y sus amigos, los roces de su piel con la mía me hacían estremecer, ese día me di cuenta que me estaba enamorando. Un rato más tarde en el medio del comedor mientras todos le entregaban regalos nos quedamos mirando fijamente
-felicitaciones por tu graduación, .-le dije un poco apenada.-
-yo pensaba que nunca me lo ibas a decir.
Y nos envolvimos en un abrazo profundo y sentido, comprendí en ese momento que ya no era un extraño para mi era alguien que siempre había conocido.
Las miradas nos inundaron esa noche, me veía con deseo y lo podía sentir, había algo creciendo entre nosotros. Al cabo de un rato ella llegó, bailaron toda la noche frente a mi, no recuerdo haberme sentido tan celosa en toda mi vida, no dejaba de pensar que solo minutos antes estaba conmigo abrazándome y ahora era ella la que estaba en mi lugar, fue una noche extraña me sentía feliz y triste al mismo tiempo…
Cuando lo volví a ver al tiempo ella no estaba, el ambiente era alegre, no se cómo paso pero de un momento a otro nos dimos un abrazo como el de aquella noche, nos recostamos sobre un piso helado y el empezó a acariciar mis labios, no se si era el frío o la emoción pero no podíamos parar de temblar, estaba muy emocionada, y no podía dejar de pensar en aquella mujer, así que no me pude contener y le pregunté:
-¿Cómo está ella?
- Me imagino que está bien.
-¿Por qué haces esto?.- Pregunté con incredulidad
Su respuesta fue apresurada y en un susurro me dijo:
-Lo hago porque me traes loco
-Y así se acercó a mí con un intenso beso profundo
- Mira como me has puesto a temblar. - me dijo
Esa noche mientras todos dormían nos besamos apasionadamente, esta era una sensación diferente, era y estoy segura de eso, que era amor de verdad.

Los días pasaron sin vernos pero en mi cabeza estaba siempre presente, era evidente que el estaba con ella todavía, eso me dolía mucho pero en el fondo sabía que el me amaba más a mi que a ella.
Un día nos volvimos a encontrar, ella ya no estaba en su vida, la ocasión era triste el ambiente era apesadumbrado pero sus ojos brillaban y me miraban con gran intensidad, ante el mundo no podíamos admitir que nos amábamos, era demasiado arriesgado porque nos unía algo que estaba más allá de nosotros, entre miradas disimuladas y roces intencionales pasaron las horas y me llevo a mi casa.
- Necesito hablar contigo.-le dije
- Dime. – contestó con indiferencia
En ese momento las palabras salieron de mi boca sin que las pudiera contener.
- no te he podido olvidar., no hago otra cosa que pensar en ti, te amo demasiado, no te imaginas cuanto.
- si eres exagerada.- Me dijo en tono cortante.- ¿por unos besos que nos dimos crees que es amor?
- no lo creo estoy segura
- ya es tarde tengo que irme, no es el mejor momento, hablamos mañana.-su voz era mas suave como si estuviera a punto de llorar.
- mañana no vamos a hablar, cada vez que te llamo me dices que hablamos después y nunca lo hacemos, dame un beso o no me bajo.- me costó mucho decirle eso, temía que pensara que estaba desesperada
- nos pueden ver, déjame irme que ya es tarde y es peligroso estar aquí a estas horas…
- solo te pido un beso…por favor.- empleé un tono de suplica esta vez.

Nos acercamos y nos besamos, las lágrimas corrían por mis ojos, algo dentro de mi sabia que aunque me él me amaba ahora me besaba por lastima y no por amor.

Me bajé del auto sin nada más que decir sino un buenas noches, sus manos y cabeza estaban apoyadas en el volante, se le notaba que se sentía frustrado y necesitaba expresar algo, esperó a que yo entrara y se marchó, dejándome con el alma hecha pedazos. Ahora las dudas invadían mi cabeza ¿Por qué me rechaza?

Al día siguiente lo vi, la ocasión era aún peor que la anterior, la tristeza nos inundaba a todos en ese lugar, pero más allá de nuestras razones para estar tristes yo me sentía distraída y confundida, su actitud hacia mí era cordial, y me miraba intensamente como él lo sabía hacer bien, ese tipo de mirada que penetra dentro del alma, esas que hacen que el corazón lata más rápido, ese día no pasó nada, era más fuerte la tristeza dentro de ambos que las ganas de arreglar las cosas.

Tiempo después cuando nos encontramos los dos solos y tuvimos la oportunidad de hablar claramente y sin tabúes, me dijo que aquel día que estábamos en su carro me quería comer a besos, pero él sentía que estábamos siendo observados. También me dijo que le hubiese encantado quedarse conmigo pero que tenía que sacrificar mucho para que eso pasara, me dijo que siempre me ha amado, que le costaba mucho dejar de pensar en mi, y que cada día al igual que yo me buscaba en su cama esperando poder encontrarme pero solo lo hacia en sueños y que eso por más que quisiéramos siempre sería así, porque no podíamos estar juntos, no por culpa de nosotros, ni porque no quisiéramos, sino porque no podíamos, y allí quedó todo, aunque seguimos sintiendo el mismo amor nunca estaremos juntos…por lo menos no en esta vida.

La sociedad y sus normas, lo correcto y lo incorrecto ¿por qué sacrificar algo tan intenso por seguir las reglas?, el amor solo se da una sola vez, si no se aprovecha talvez es como si no hayas vivido, así sean años o una sola noche, esos momentos en los que se está con la persona que se ama valen más que cualquier cosa y son los que le dan el significado al verbo vivir… porque vivir no es solo respirar, es respirar por un motivo, y ese motivo para mí es él.

Primer Amor

Y allí estábamos los dos en aquella fría y oscura habitación, él en el piso y yo en la cama, arropados de los pies al cuello, hablando de todo y de nada, y así surgió aquel tema al que yo siempre quería llegar y él como siempre trataba de evadir, hasta que me atreví y le pregunté:

- ¿de verdad nunca has tenido una novia?

- No nunca.

-¿Y ni siquiera te has dado un beso con alguien??

- No

Aquella respuesta lleno mi corazón de satisfacción, y no se me ocurrió más nada que decir sino:

-Pues eso ha sido por que tu lo has querido, porque oportunidades has tenido.

-¿por qué lo dices?

-Bueno porque yo una vez trate de besarte y me esquivaste, yo siempre he estado aquí esperando por ti.

-Tu nunca me dijiste que eran solo unos besos, me dijiste que querías ser mi novia y yo nunca he querido eso.

-Pueden ser solo unos besos, claro que si, y quedaríamos como más que simples amigos.

-Entonces, así si me gustaría

-¿Eso significa que puedo besarte ahora?

-Si quieres.

No lo podía creer, aquel momento con el que tanto había fantaseado desde hace años estaba a punto de ocurrir en cualquier momento, por fin tenía su aprobación para besarlo, no lo podía creer, y así entre dudas y nervios me decidí, me deslicé y caí sobre él, mis labios torpemente tocaron los suyos, estaban fríos y húmedos como si los hubiese mojado un momento antes, tenía los ojos bien cerrados, nos soltamos y comenzamos a besarnos, sus manos abrazaban mi cabeza y las mías estaban apoyadas sobre el suelo. No se por cuanto tiempo estuvimos así, pero para mí fue una eternidad, podía sentir su corazón latiendo fuertemente al igual que el mío, hasta que de pronto él me apartó, se levantó y se fue, y allí estaba yo, como una tonta en el piso, muriéndome de nervios e invadida por las dudas.

No pude dormir esa noche imaginándome un futuro con el a mi lado, y no dejaba de pensar en aquel beso, ese que me costo muchos años de preparación y humillaciones de vez en cuando para hacerlo entender lo mucho que lo amaba y lo mucho que significaba para mí estar con él.

La mañana siguiente fue como cualquier otra, sólo que evitábamos cruzar las miradas, es increíble como me sentía ese día, era como si no existiera mujer más hermosa en el mundo que yo… y me moría por llamar su atención así que me comportaba de una manera inusual… lo trataba de seducir mientras desayunábamos…pero creo que la única que lo notó fui yo…porque su actitud era la misma de siempre… como si no hubiese pasado nada. Me sentía tan frustrada, quería hablarle de lo de la noche anterior, preguntarle que sintió, quería escuchar de su boca, esa boca tan provocativa, esa que era el complemento perfecto para sus hermosos ojos azules, que le había gustado mucho y quería que se repitiera, pero si lo hacía arriesgaba mi dignidad, y talvez quedara como una inmadura que no podía superar un beso, yo pensaba tratando de controlarme mientras estábamos solos en la sala de juegos y lo veía jugar que eso ya estaba hablado, yo le dije claramente que seríamos más que amigos y el aceptó, ¿pero entonces porque no me demuestra algo de aprobación, un gesto, una palabra, algo?

Esa noche me fui a dormir, mientras trataba de concentrarme en algún sueño pasado para retomarlo vi como se abría la puerta de la habitación, era él, haciéndome una seña con su mano mientras yo levantaba la cabeza, me acerqué a él muy silenciosamente para no despertar a la persona que dormía junto a mi, y me dijo muy suavemente :

Te espero en el salón, vete después de mi para no levantar sospechas,

Esos minutos de espera para su encuentro fueron eternos, las maripositas zumbaban en mi barriga ferozmente, al fin me armé de valor y fui a reunirme con él, y allí estaba tumbado en el sofá con las manos sobre los ojos, como si hubiese estado pensando en algo y no encontraba solución, el salón era oscuro y hacía un frío penetrante, me acerqué a él sin nada que decir, cuando se percató de mi presencia me miró con timidez por la forma en que bajó la mirada rápidamente, me senté junto a él y me tomó de la mano con mucho esfuerzo, estaban heladas y temblorosas, las soltó apresuradamente

-¿no te vio nadie al salir?

-No, están todos dormidos.

Hubo un silencio prolongado interrumpido por un bostezo de su parte, al fin me decidí y hable con voz ronca y queda

-¿querías decirme algo?

No había terminado de hablar y ya sus manos estaban en mi espalda empujándome hacia él, nuestros labios se juntaron y hubo una explosión de emociones dentro de mi pecho. no hizo falta decir nada más, las caricias y los besos se encargaron de hablar por nosotros, no hubo una parte de mi cuerpo que no la haya tocado con extrema suavidad, las miradas eran cada vez más intensas y los besos más profundos, podía sentir su respiración agitada en mi oído, luego de largas horas de besos y caricias escuchamos un ruido fuerte, parecido al de una puerta cuando se cierra por el viento, y reaccionamos, acomodamos nuestras ropas y nos separamos bruscamente uno a cada lado del sillón como si estuviéramos en la mitad de una conversa casual, nerviosos por ser reprendidos esperamos con ansias la aparición de alguien… pero no pasó nada

- Es mejor que te vayas, yo iré después, me dijo

Y así me fui a la habitación con el corazón agitado y sin poderme creer lo que había pasado. Extrañamente esa noche pude dormir tranquila, ¿quien lo hubiera dicho? esa noche mi sueño se hizo realidad, toda mi vida había soñado con poder estar entre sus brazos, cada noche me imaginaba que el me decía que estaba enamorado de mi y que me besaba tal como lo había hecho esa noche. Pero como esa vinieron muchas más, esos encuentros en aquellos sofás del salón, donde nuestros cuerpos se fundían, donde nuestras almas eran una sola y nuestros corazones latían al mismo ritmo, eran lo que me hacían vivir, a veces solo nos encontrábamos para abrazarnos y sentirnos, de día éramos dos buenos amigos, y de noche éramos dos niños jugando a ser adultos, resultaba emocionante tener una doble cara, era como engañar a los demás que nos conocían, no se notaba para nada que entre él y yo hubiese más que un simple trato. Fueron los días más felices de mi vida, el hombre que tanto quería estaba conmigo y sentía que me amaba tan locamente como yo a él. Sólo había algo que me dolía pero no me atrevía a decírselo por temor a perderlo y a no recuperar jamás esa relación, y era precisamente que yo no podía entender ¿por qué si nos queríamos tanto no podíamos admitir frente a todo el mundo que estábamos enamorados?, esa interrogante me atormentaba, y cada día recordaba la charla que tuvimos cuando empezó todo, el me había dicho que el nunca ha querido ser mi novio, pero eso lo dijo antes de todo esto que ha pasado entre nosotros ¿y si ya no piensa así pero no se atreve a pedírmelo? Yo tampoco podía decírselo porque el hombre es el que tiene que hacerlo, ¿y si me rechazaba y se terminaba esto y volvíamos a ser solo amigos? Era un riesgo que no podía correr, era jugarlo el todo por el todo, pero a pesar de las dudas y de los tormentos que me invadían generalmente mientras estaba a abrazada a él sin decirnos nada, decidí quedarme callada y nunca hablarle del tema, preferí quedarme en las sombras ante la sociedad y ser la única que supiera que detrás de ese hombre estaba una mujer…yo…

Al pasar los años con todo el dolor del mundo soporte que el me dejara, sin ninguna razón, solo por sus motivos personales, que en ese momento no supe cuales eran, y para ser sincera aun tampoco los sé, sólo puedo suponer que fue porque se dio cuenta que era algo vacío, que todos los días era lo mismo, como cuando un niño juega con un juguete que ha tenido siempre, no le ve la emoción, para él ya era aburrido estar conmigo.

Siempre fui su sombra, nunca me dio el respeto que me merecía, sacrifiqué mi dignidad por hacer realidad algo que siempre perseguí, una ilusión de niña, un amor platónico ¿y que obtuve a cambio a parte de la falsa felicidad? pues si, una lección de vida, que jamás hubiese aprendido sino me hubiese pasado.

Ahora tiempo después de haber superado esa relación he analizado que en realidad ese dichoso amor que él decía tener por mi no era amor, era pasión y deseo, talvez una oportunidad fácil de experimentar, pero yo no era la mujer que le quería presentar a su familia y a sus amigos, ¿Por qué? Aun no lo sé, puede ser porque las cosas que se obligan no se quieren, o porque los sueños son solo eso…sueños, la realidad…la realidad es solo un mal sueño…