martes, 1 de septiembre de 2009

Vivir

Para mi era un completo desconocido, para otras personas era parte de la familia, lo veía como alguien grande, alto, blanco, con unos ojos claros y una boca de un tono rojizo delicadamente pintada por los mismos ángeles…su apariencia no era tan perfecta como lo sería su trato, encantador sería la palabra adecuada, la inteligencia era indudablemente una de sus más grandes virtudes, y su manera diferente de ser… nunca había conocido a alguien así, sencillamente me deslumbró, aunque había alguien que ya había notado eso antes que yo…pues allí estaba ella, mucho más linda que cualquier mujer que jamás haya visto, luciendo su exuberante cuerpo, y a él se le notaba que estaba hipnotizado con el movimiento de sus caderas al caminar y las caricias que hacia el viento en su cabello, en ese momento yo no sentía nada, pues como ya lo dije era un desconocido para mi, esa tarde conversamos de todo un poco se le notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo porque yo entendiera lo que me decía, la diferencia de edad entre nosotros era bastante notoria, ella estaba ahí también escuchándolo hablar, ella era más o menos de su edad, hacían la pareja perfecta aunque no lo eran, aún recuerdo lo agradable que fue esa tarde para mi, hablamos de todo un poco, de temas que a mi me encantaban. Esa noche cuando regresé a mi casa me quedé con las ganas de volverlo a ver, poco tiempo paso cuando mis ganas cesaron, nuevamente estaba ahí, ese día soleado de verano la pasamos genial, me divertí como nunca, de nuevo hablamos de todo y nos reímos a carcajadas, no podía creer que alguien se llevara tan bien conmigo siendo tan diferentes.
La tercera vez que lo vi ella estaba ahí, pero todo había cambiado, ya no hablaba más conmigo, sino con ella, me ignoró por completo, me sentía triste, sola, como una niña al que los adultos hacen a un lado para hablar entre ellos porque hay temas que los niños no pueden escuchar, regresé llorando a casa sintiéndome traicionada.
Cuando lo volví a ver no le dirigí la palabra, era su graduación, ella no estaba allí, ahora el me estaba tratando de sacar conversación mientras estábamos reunidos un grupo en el jardín a mitad de una noche estrellada y helada
-¿estás brava conmigo?
-Si
-¿Qué te hice?
-No me tomaste en cuenta la ultima vez que nos vimos… me apartaste por estar hablando con ella….-le dije en tono cortante.-
-Claro que no lo hice…tu te fuiste de donde estábamos nosotros.
-Si me fui porque estaban hablando ustedes dos y yo no cabía en esa conversación,-ahora mi tono era irónico
-De verdad disculpa si te sentiste mal…no fue mi intención…¿me perdonas?
-No se
-perdóname ¿si?
-No
-Es mi graduación, ¿no me vas a complacer sólo por eso?
-Bueno esta bien pero más nunca me lo vuelvas hacer,
-Esta bien tranquila…

Al cabo de un rato llegaron sus compañeros, me invito a sentarme a la mesa con él y sus amigos, los roces de su piel con la mía me hacían estremecer, ese día me di cuenta que me estaba enamorando. Un rato más tarde en el medio del comedor mientras todos le entregaban regalos nos quedamos mirando fijamente
-felicitaciones por tu graduación, .-le dije un poco apenada.-
-yo pensaba que nunca me lo ibas a decir.
Y nos envolvimos en un abrazo profundo y sentido, comprendí en ese momento que ya no era un extraño para mi era alguien que siempre había conocido.
Las miradas nos inundaron esa noche, me veía con deseo y lo podía sentir, había algo creciendo entre nosotros. Al cabo de un rato ella llegó, bailaron toda la noche frente a mi, no recuerdo haberme sentido tan celosa en toda mi vida, no dejaba de pensar que solo minutos antes estaba conmigo abrazándome y ahora era ella la que estaba en mi lugar, fue una noche extraña me sentía feliz y triste al mismo tiempo…
Cuando lo volví a ver al tiempo ella no estaba, el ambiente era alegre, no se cómo paso pero de un momento a otro nos dimos un abrazo como el de aquella noche, nos recostamos sobre un piso helado y el empezó a acariciar mis labios, no se si era el frío o la emoción pero no podíamos parar de temblar, estaba muy emocionada, y no podía dejar de pensar en aquella mujer, así que no me pude contener y le pregunté:
-¿Cómo está ella?
- Me imagino que está bien.
-¿Por qué haces esto?.- Pregunté con incredulidad
Su respuesta fue apresurada y en un susurro me dijo:
-Lo hago porque me traes loco
-Y así se acercó a mí con un intenso beso profundo
- Mira como me has puesto a temblar. - me dijo
Esa noche mientras todos dormían nos besamos apasionadamente, esta era una sensación diferente, era y estoy segura de eso, que era amor de verdad.

Los días pasaron sin vernos pero en mi cabeza estaba siempre presente, era evidente que el estaba con ella todavía, eso me dolía mucho pero en el fondo sabía que el me amaba más a mi que a ella.
Un día nos volvimos a encontrar, ella ya no estaba en su vida, la ocasión era triste el ambiente era apesadumbrado pero sus ojos brillaban y me miraban con gran intensidad, ante el mundo no podíamos admitir que nos amábamos, era demasiado arriesgado porque nos unía algo que estaba más allá de nosotros, entre miradas disimuladas y roces intencionales pasaron las horas y me llevo a mi casa.
- Necesito hablar contigo.-le dije
- Dime. – contestó con indiferencia
En ese momento las palabras salieron de mi boca sin que las pudiera contener.
- no te he podido olvidar., no hago otra cosa que pensar en ti, te amo demasiado, no te imaginas cuanto.
- si eres exagerada.- Me dijo en tono cortante.- ¿por unos besos que nos dimos crees que es amor?
- no lo creo estoy segura
- ya es tarde tengo que irme, no es el mejor momento, hablamos mañana.-su voz era mas suave como si estuviera a punto de llorar.
- mañana no vamos a hablar, cada vez que te llamo me dices que hablamos después y nunca lo hacemos, dame un beso o no me bajo.- me costó mucho decirle eso, temía que pensara que estaba desesperada
- nos pueden ver, déjame irme que ya es tarde y es peligroso estar aquí a estas horas…
- solo te pido un beso…por favor.- empleé un tono de suplica esta vez.

Nos acercamos y nos besamos, las lágrimas corrían por mis ojos, algo dentro de mi sabia que aunque me él me amaba ahora me besaba por lastima y no por amor.

Me bajé del auto sin nada más que decir sino un buenas noches, sus manos y cabeza estaban apoyadas en el volante, se le notaba que se sentía frustrado y necesitaba expresar algo, esperó a que yo entrara y se marchó, dejándome con el alma hecha pedazos. Ahora las dudas invadían mi cabeza ¿Por qué me rechaza?

Al día siguiente lo vi, la ocasión era aún peor que la anterior, la tristeza nos inundaba a todos en ese lugar, pero más allá de nuestras razones para estar tristes yo me sentía distraída y confundida, su actitud hacia mí era cordial, y me miraba intensamente como él lo sabía hacer bien, ese tipo de mirada que penetra dentro del alma, esas que hacen que el corazón lata más rápido, ese día no pasó nada, era más fuerte la tristeza dentro de ambos que las ganas de arreglar las cosas.

Tiempo después cuando nos encontramos los dos solos y tuvimos la oportunidad de hablar claramente y sin tabúes, me dijo que aquel día que estábamos en su carro me quería comer a besos, pero él sentía que estábamos siendo observados. También me dijo que le hubiese encantado quedarse conmigo pero que tenía que sacrificar mucho para que eso pasara, me dijo que siempre me ha amado, que le costaba mucho dejar de pensar en mi, y que cada día al igual que yo me buscaba en su cama esperando poder encontrarme pero solo lo hacia en sueños y que eso por más que quisiéramos siempre sería así, porque no podíamos estar juntos, no por culpa de nosotros, ni porque no quisiéramos, sino porque no podíamos, y allí quedó todo, aunque seguimos sintiendo el mismo amor nunca estaremos juntos…por lo menos no en esta vida.

La sociedad y sus normas, lo correcto y lo incorrecto ¿por qué sacrificar algo tan intenso por seguir las reglas?, el amor solo se da una sola vez, si no se aprovecha talvez es como si no hayas vivido, así sean años o una sola noche, esos momentos en los que se está con la persona que se ama valen más que cualquier cosa y son los que le dan el significado al verbo vivir… porque vivir no es solo respirar, es respirar por un motivo, y ese motivo para mí es él.

2 comentarios:

  1. Hola Naty... Recuerdo cuando me leíste esto por primera vez. Lo tenías bajo 7 llaves en la computadora. Este escrito tiene mucho de tí, de tu vida y experiencias. Sigue adelante en el camino bloguero.

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  2. Es cierto gaby.. jejeje pero llego el momento de compartir esto con el mundo...jajaja ve agarrando dato para mi biografia!!

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